martes, 3 de febrero de 2009

12 años, muchos Cabezas



Más de una década después del asesinato del fotógrafo de la revista Noticias, los trabajadores de prensa siguen sufriendo ataques. En Córdoba, la lista de aprietes es larga y este año se “inauguró” con la amenaza a una periodista del diario La Mañana.


Por Nicolás Fassi (*)

El 25 de enero se cumplió un nuevo aniversario del asesinato del fotógrafo de la revista Noticias, José Luis Cabezas, ocurrido en 1997. Desde aquel momento, y por la movilización de los trabajadores de prensa de todo el país, el homicidio se convirtió en una de las banderas más emblemáticas de la lucha por la libertad de expresión.

Más de una década después de ese trágico hecho, los trabajadores de prensa de Argentina nos encontramos sufriendo una sorprendente seguidilla de agresiones y amenazas, que paradójicamente no tienen “prensa”.

En la provincia de Córdoba, la “temporada” de aprietes se inauguró el 16 de enero, con las amenazas a la compañera Griselda Gómez, periodista de la sección Espectáculos del diario La Mañana de Córdoba.

“Sos una hija de… Vos sabés lo que te va a pasar por lo que publicaste,”, fueron algunos de los epítetos con los que unos ignotos “Capitán Gigena” y “Coronel Jiménez” intentaron amedrentar a la compañera, de dilatada trayectoria en el ámbito de los Derechos Humanos y que a fines del año pasado publicó un libro de poemas titulado “Flores del bien” dedicado a las Madres de Plaza de Mayo.

Este lamentable episodio, que mereció el repudio del Cispren y de la Fetraccom, es la culminación, a nivel local, de una larga lista de acciones destinadas a precarizar y, peor aún, criminalizar la legítima protesta de los trabajadores de prensa.

Huelga decir que los casos de precarización y terrorismo laboral han sido, desde Cabezas a esta parte, la comidilla de todos los días. Compañeros encadenados a sus puestos de trabajo en el diario Puntal de Río Cuarto, persecuciones ideológicas en La Voz de San Justo de San Francisco, juicios por querellas a Tomás Méndez y Jorge Martínez, agravios de la ex secretaria General de la Gobernación – hoy concejal- Olga Riutort a Sergio Carreras, agresiones físicas en La Voz del Interior al delegado Walter Moyano y el manejo discrecional de la pauta publicitaria, son algunos de los casos más resonantes que ocurrieron en estos últimos doce años.

Los trabajadores de prensa del interior de la provincia tampoco quedaron exentos de sufrir atropellos, siendo uno de los más emblemáticos el caso de Pablo Duarte de FM “Líder” de San Francisco del Chañar, perseguido sistemáticamente por el poder político de aquella localidad, pero también el de Juan Allende y Lorena Capdevila, de Radio “San Cayetano”, de Serrezuela, imputados arbitrariamente por la Justicia Penal de Cruz del Eje por acompañar como comunicadores la defensa del campo de una familia de Cañada Larga a la que pretendía desalojar un comerciante bonaerense.

A su vez, Claudia Cepeda, de canal 11 de La Cumbre, también tuvo que soportar actitudes intolerantes del presidente del Concejo Deliberante, Gustavo Cotelo, y Gustavo Di Palma, de “Radio Ciudad 93.5” de Río Segundo, fue víctima de represalias por parte de autoridades municipales.

Todo esto mientras, por otro lado, las empresas periodísticas miraban para otro lado a la hora de otorgar los merecidos ajustes salariales a los trabajadores bajo la conocida excusa de que “la ecuación económica no cierra”. Ni hablar de los velados intentos de vaciamiento de medios de comunicación, como La Mañana de Córdoba y LV2, por citar sólo los casos más resonantes en esta capital. La precarización encontró otra arma: los pasantes. Con la complicidad de una ley indigna, las empresas echaron mano a un ejército de mano de obra barata, convirtiendo a los estudiantes en carne de cañón con la excusa de un futuro mejor (léase, hacer buena letra y después “vemos” o “te pagamos con fama”).

Esta cruel práctica los convierte en “cuasi” periodistas, porque profesionalmente se les exige lo mismo que a un trabajador de prensa, pero se les paga como a un “aprendiz” o “aspirante”.
El poder político y judicial tampoco están exentos y por acción u omisión, el trabajador de prensa se encuentra, en la mayoría de las veces, desprotegido ante los atropellos.

A nivel nacional se "cajonea" sistemáticamente el proyecto para una nueva de Ley de Radiodifusión y en el orden provincial no se cumple -a pesar de la existencia de la Carta del Ciudadano- con la publicación de las declaraciones juradas de los funcionarios del Gobierno, de la Municipalidad y de la Justicia. Un ejemplo: han pasado más de 400 días que el ex gobernador José Manuel de la Sota dejó el cargo y todavía no cumplió con declarar su patrimonio.

Sin embargo, a lo largo de estos años hubo varios casos en los que las ocultas redes de solidaridad entre compañeros salieron a la luz. Ejemplos hay de sobra: las cooperativas del El Diario de Villa María y Comercio y Justicia, la pelea de los compañeros de LV2, Colsecor y el trabajo de las radios comunitarias y medios alternativos que ejercen una comunicación popular que busca reflotar las verdades que el poder oculta con la concentración de medios que propugnan la prensa empresarial.

Tampoco hay que soslayar el triunfo que significó la continuidad de los Servicios de Radio y Televisión (SRT) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y Radio Nacional bajo la esfera pública cuando arreciaban los aires privatizadores.

Pero si de “terrorismo empresarial” se trata, la judicialización de la legítima protesta de los trabajadores de prensa por parte de la empresa La Voz del Interior es paradigmática. La imputación a los miembros de Comisión Directiva de este gremio debe ser vista como una afrenta a la libertad de prensa y pensamiento. La Justicia, que es lenta pero a veces llega, dio su veredicto, y a fines del año pasado sobreseyó a los compañeros.

Pequeñas victorias de una lucha que se avecina cada vez más dura.

Por eso, más que nunca, todos debemos seguir siendo José Luis Cabezas.

(*) Secretario de Prensa del Cispren.

martes, 25 de noviembre de 2008

Triunfó la lista de todos


La agrupación Mariano Moreno saluda el triunfo de la Lista Blanca Nº 1 Unidad y Participación logrado el 20 de noviembre pasado en las elecciones generales del Cispren. La claridad de las cifras (511 votos contra 249 de la lista opositora en toda la provincia, 184 a 160 en Córdoba capital) refleja la ratificación de una línea de trabajo en la defensa de los derechos de todos los trabajadores de prensa y comunicación de Córdoba.

Además, es un reconocimiento a la firmeza y la coherencia de compañeros que han enfrentado situaciones adversas, anteponiendo siempre lo colectivo a lo personal, y teniendo siempre claro que -más allá de las discusiones ideológicas y electorales- la pelea de fondo es por la renta y contra las patronales que explotan laboralmente y abusan profesionalmente de sus trabajadores.

El triunfo de la Lista Blanca, encabezada por el compañero Guido Dreizik, expresa el respaldo a trayectorias y conductas que son mensurables por los que diariamente construimos esta herramienta colectiva en cada lugar de trabajo: en la ciudad de Córdoba y en el interior, como trabajadores activos y jubilados, formales y precarizados, en calidad de periodistas, fotógrafos, diseñadores, administrativos, de intendencia, expedición, operadores, técnicos, locutores, vendedores de publicidad, etcétera.

Pero, fundamentalmente, las urnas expresaron el compromiso para continuar la lucha y el desafío de sumar a la militancia las distintas expresiones y corrientes de opinión de nuestro gremio.

En este sentido, pasadas las elecciones, la lucha continúa y en esa lucha tenemos que estar todos.
Para seguir siendo autónomos del poder.

Para seguir construyendo la representación y la fuerza propia que nos merecemos los trabajadores de prensa y comunicación de la provincia de Córdoba.

Para preservar la Obra Social de Empleados de Prensa.

Para seguir creciendo con nuevas delegaciones gremiales y de obra social en toda la provincia.

Para avanzar en la formación y capacitación profesional en el camino de fundar nuestra propia Escuela de Comunicación Social.

Para garantizar coherencia, firmeza y decisión en la pelea diaria con las patronales voraces y altamente concentradas.

Para seguir siendo artífices de nuestro destino.

Agrupación Mariano Moreno

martes, 18 de noviembre de 2008

Un colectivo sólo se construye con solidaridad

“Agradecemos a productores, telefonistas, movileros, operadores, etcétera, porque sin ellos este programa no sería posible”.

“Este diario se hace con el esfuerzo de todos; desde el portero hasta el editor, pasando por los redactores, personal de maestranza y administrativos, entre muchos otros”.

“Los que ponemos la cara somos nosotros los conductores. Pero sepan que detrás de cámara hay productores, tira-cables, cámaras y asistentes de producción que hacen hasta lo imposible para que el programa salga al aire”.

Estas frases suelen ser repetidas hasta el hartazgo cuando se busca resaltar la calidad del producto radial, televisivo o gráfico.

Sin embargo, la intención de hacer “partícipes del éxito” a todos, no pasa de ser declamativa, porque a la hora del reconocimiento efectivo las empresas obvian el hecho de que todos los que participan son trabajadores de prensa, buscando dividir con promesas de dádivas y flores de un día.

De esta manera, la patronal mira para otro lado a la hora de reconocer los derechos de los tira-cables, movileros, operadores, telefonistas, personal de maestranza, administrativos y demás, no reconociéndolos como trabajadores de prensa y pagándoles salarios en negro. Es decir, “blanquean” la precarización.

Como corolario, este accionar deja afuera a los trabajadores jubilados, que con los pagos en negro “la ven pasar”.

Y es esa precarización la que les permite minar al sindicato con el argumento de que esos trabajadores no forman parte del colectivo de prensa. En otras palabras, las empresas declaman que el trabajador de prensa somos todos, pero en los hechos valoran a algunos más que a otros.

Se legitima, entonces, el culto al individualismo y se impone la vieja fórmula de dividir para reinar.

Esto no es ajeno al actual proceso electoral que vive nuestro gremio. La lista opositora pretende un gremio que “privilegie a los trabajadores de los medios” y en particular a los periodistas, que son “la parte esencial”, incurriendo así en un solapado elitismo que ya no se atreven a enunciar en forma desembozada como lo hicieron en el 2005 al pretender excluir a los afiliados directos.

En la solidaridad y la construcción colectiva no hay términos medios, ni tampoco trabajadores clase A y clase B. O creemos que somos todos iguales, o creemos otra cosa.

Nuestro colectivo de prensa y comunicación debe incluir, con igualdad de derechos para todos los fines, a quienes se quiere excluir.

Esa es la esencia de la solidaridad.


Compañero afiliado al Cispren:

El 20 de noviembre, votá solidaridad, pluralidad y compromiso.

Votá la Lista Blanca Nº 1 “Unidad y Participación”


AGRUPACIÓN MARIANO MORENO

domingo, 16 de noviembre de 2008

Un par de temporadas en la aldea gala


Agradezco a los compañeros de la Agrupación Mariano Moreno el permitirme expresar algunas cuestiones a través de este espacio que considero el más adecuado para hacerlo. Alexis Oliva



"Nuestro sindicato, parte activa de la CGT local, reitera su apoyo total a la postura combativa de los trabajadores cordobeses, ejemplo de la historia presente argentina. Y compromete su irrenunciable vocación de clase, por considerar que la clase obrera es el motor de la historia. Queremos dar testimonio de nuestras ideas, con trabajo, y en esta conducta nos encuentra este nuevo Día del Periodista, que para nosotros no es fiesta, sino es un compromiso más como asalariados y profesionales (...) Repetimos aquí una frase dicha en esta ciudad en 1918: Las libertades que nos faltan, son las cadenas que nos sobran. Pero agregamos también como expresión definitiva de lucha este pensamiento: El pueblo unido, nunca será vencido”.

Francisco “Pancho” Colombo – Córdoba – junio de 1972


“Sin contratos laborales, con sueldos de miseria y jornadas de trabajo desmesuradas, los periodistas del siglo XXI conforman una profesión pauperizada. Portavoz en muchas ocasiones de causas loables y solidarias, el periodista, sin embargo, ha sido incapaz de saber defender sus propios derechos laborales y profesionales. El miedo, la resignación y la ignorancia son algunas de las causas pero, sobre todo, el autoengaño de creer formar parte de una profesión liberal de élite, cuando se es, sencillamente, un trabajador”.

Marta Caravantes – España – mayo de 2003

“El diálogo, la discusión sincera de los problemas, la tolerancia ideológica, favorecen a la unidad de acción. Sin unidad de acción que supere las distintas opiniones no florecen tareas fecundas. Es esencial, sobre las diferencias pequeñas o mezquinas, sumar la tarea y exigir a los que opinan o critican las condecoraciones que otorga solamente el trabajo silencioso y que tiene como muestra la humildad de espíritu”.

Francisco “Pancho” Colombo – Río Cuarto – octubre de 2008


A punto de cumplir mi segunda gestión en la secretaría de Prensa del Cispren, cargo en el que considero estar cerrando un ciclo, amerita intentar un balance de estos seis años en que asumí con gran orgullo el desafío de ser el comunicador del gremio de los comunicadores.

Amerita, también, paradójicamente, ejercer un primer acto de esa libre expresión ampliada de la que podré disfrutar ahora que no estaré obligado, por la prudencia que implica ocupar un cargo de conducción, a callar algunas cosas que pienso. Ahora podré decirlas con libertad. Pero primero lo primero.

Al asumir la primera gestión, en diciembre de 2002, el gobierno de José Manuel De la Sota ponía en práctica en Córdoba una hábil ingeniería de control social del periodismo llevada adelante desde su oficina de prensa, con el uso discrecional y coactivo de la pauta publicitaria y a través de la Justicia Penal, abusando de las figuras de calumnia e injuria. Mientras tanto, a nivel nacional el salario de los trabajadores comenzaba a sufrir los efectos erosivos de la devaluación que sucedió al colapso del modelo neoliberal. Esos dos factores signarían esa gestión y la que está por concluir.

Durante estos años, el gremio denunció un centenar de ataques y presiones a la prensa en nuestra provincia, en su mayoría directa o indirectamente dirigidos desde el gobierno delasotista, lo que impulsó a crear -por decisión de un congreso anual- la Comisión de Defensa de la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información (Comipren), con el fin de aunar esfuerzos con otros sectores sociales para defender la libre expresión de la prensa, como necesaria contracara del derecho a la información de la ciudadanía. Con intermitencias, dificultades y tareas pendientes, este trabajo se ha venido realizando, enriquecido por el aporte de valiosos compañeros periodistas, militantes de distintas organizaciones, especialistas en derecho de la información e investigadores y docentes universitarios.

Forma parte de esta lucha la permanente militancia por una nueva ley de radiodifusión, que tuvo al Cispren como uno de los principales impulsores de los 21 puntos para una norma democrática. Y también el empeño en formar en aptitudes profesionales, actitudes éticas y conciencia de la realidad de nuestra tarea, sobre todo en quienes van a ser los futuros trabajadores de prensa, tarea sostenida a pesar de las dificultades de espacio que supuso el emprender la ampliación de nuestra casa (con la finalidad justamente de potenciar esa tarea de formación).

En el plano de la lucha por salario y condiciones de trabajo -esencial a todo sindicato que se precie de tal-, los trabajadores de prensa y comunicación tuvimos que afrontar negociaciones paritarias, de por sí dificultosas y extenuantes, pero además enrarecidas por el permanente embate político del grupo Clarín (dueño en Córdoba de los medios de comunicación más importantes) contra nuestra organización sindical, a la que parece empeñada en destruir, dentro y fuera de los lugares de trabajo. En este ataque institucional al Cispren, las autoridades de La Voz del Interior no vacilaron en su intolerancia a apelar a la vía jurídica por dos vías: la penal, para criminalizar el derecho constitucional a la protesta; la del fuero laboral, para despojar a los representantes del instituto de la tutela gremial. Todo con la doble finalidad de generar escarmiento y desprotección laboral.

En ese embate, la deslegitimación de la autoridad estatal del trabajo como árbitro y rector de las relaciones laborales, fue parte del intento por consagrar en sus medios de comunicación una suerte de limbo legal, al estilo de un Guantánamo laboral donde sólo rija la Ley Clarín. (Esa ley no escrita incluye la presión sobre sus trabajadores para que abandonen la Obra Social de Empleados de Prensa de Córdoba y se pasen a una firma de medicina prepaga).

En este complicado contexto, la conducción asumió -como corresponde- el riesgo de protestar en la calle, pero nunca se dejó de intentar construir participación colectiva y planes de lucha consensuados por el conjunto del gremio, en incontables asambleas extraordinarias y plenarios donde la consigna y la práctica recurrente fue “ir al paso del más lento”, idea que no se condice con las supuestas “intransigencia” y “fanatismo” con que desde ciertos sectores nos quieren rotular.

Este proceso dio sus frutos en la recuperación del poder adquisitivo del salario (llevando el básico de redactor de $1.009 en marzo de 2005 a 2.600 en marzo de 2009 en Córdoba capital) y en el sostenimiento de cláusulas convencionales que para nuestro colectivo significan verdaderos “tótems” conquistados por nuestros mayores, que todos en el gremio -conducción y bases, jóvenes y viejos, formales e informales, izquierda y derecha- están dispuestos a defender a rajatabla, por más que el vendaval cultural del “sálvese quien pueda” arrecie y pretenda derrumbar todo.

En esa experiencia reciente, que abreva en historias pasadas, “los novatos de anteayer, hoy son veteranos”, como supo decir Guido Dreizik. Eso no se construye de la noche a la mañana. Eso implica un permanente, intenso y por momentos desalentador proceso de formación en la militancia y durante la militancia.

Pero también hubo que seguir peleando contra el fantasma del desempleo, que desde los 90 azota con especial virulencia a un mercado laboral distorsionado por el oligopolio comunicacional. En este plano, el acto público de denuncia de los despidos con que La Voz del Interior se cobró la derrota en la paritaria 2007 y la implacable pelea con el Grupo Vila-Manzano en LV2, son ejemplos recientes y más que elocuentes.

Aunque cuento con la comodidad de no ser candidato y aunque resultara más conveniente para mi futuro, no puedo ni debo mostrarme prescindente frente al actual proceso electoral en el Cispren. Sobre todo porque -honestamente- no soy prescindente. Orgulloso de haber compartido este tiempo de lucha -una primera gestión encabezada por Juan Carlos Giuliani y otra por Guido Dreizik-, apoyo hoy más que nunca a mis compañeros que están dispuestos a asumir el desafío de continuar construyendo el gremio de prensa y comunicación, desde la conciencia de ser trabajadores, sin incurrir en la tentación elitista de que sólo trabajar en “los medios” (obviamente empresariales) da derecho a formar parte del gremio y su conducción, y plenamente conscientes del valor de la construcción colectiva.

Tengo versiones encontradas sobre por qué fracasó la unidad (aunque el reciente episodio de intolerancia ideológica por parte de cierto apoderado, hecho público por el agraviado compañero Eduardo Ahamendaburu y la Agrupación Mariano Moreno, nos deja una pista interesante). Personalmente, tuve bastantes reparos ante la posibilidad de una lista de unidad genuina. Principalmente, por las diferencias ideológicas importantes que había con el sector más elitista de la Lista Verde, que en 2005 planteaba la exclusión de los afiliados directos, es decir, los trabajadores precarios que más necesitan al sindicato. En todo caso, pensaba -y así lo hablé con compañeros de la Lista Blanca y algunos de la Verde- que la unidad debía comenzar a trabajarse al día siguiente de aquellas elecciones del 23 de noviembre de 2005. Luego, ante la virtual desaparición de la mayoría de los ex candidatos de la lista opositora, difícilmente podría prosperar una unidad modelo 2008. No obstante, más allá de la convocatoria de Guido en la fiesta del Día del Trabajador de Prensa, desde la conducción ya se habían generado bastantes espacios como para que la invitación no quedara sólo en un discurso. Y más allá del fracaso final de las tratativas, esos espacios -Centro de Jubilados, numerosísimas asambleas ordinarias y extraordinarias, plenarios y sobre todo el Congreso anual- son ámbitos donde cualquier afiliado puede participar, intervenir en la toma de decisiones y/o ejercer una oposición constructiva. Tal vez peco de ingenuidad al confesar que no esperaba la presentación de una lista opositora integrada -salvo excepciones- por compañeros con casi nula participación en estas instancias.

La corriente opositora suele reprochar un supuesto “aislacionismo”, acusación que hace pensar en una aldea de irreductibles galos que resisten al invasor romano y para colmo sin poción mágica. Obviamente, hay un entorno político y económico adverso al desarrollo de cualquier organización sindical que se mantenga coherente con su razón de ser. En ese contexto, si a pretender ser autónomos de gobiernos, empresas y partidos políticos, y asumir las consecuencias, se le llama aislacionismo, entonces bienvenido sea el concepto y a mucha honra. Pero no creo que hayamos elegido por nuestra exclusiva cuenta jugar a Asterix y Obelix. Y como fuere, no entiendo a quiénes le pegan más al jefe Abraracurcix que al César. Quizás estén queriendo convertirse en romanos.

Recuerdo, por ejemplo, que el ex candidato a secretario general por la lista opositora se dio el lujo de escribir el año pasado, en la revista Umbrales del Cispren, una nota crítica hacia la conducción, en pleno conflicto salarial en el que varios compañeros fueron imputados penalmente por protestar, opinión que -en el mejor de los casos y con buena voluntad del lector- contenía obvias reminiscencias de la “teoría de los dos demonios”. No obstante, en aras del pluralismo y la democracia interna, la nota se publicó por decisión de la Comisión Directiva en pleno.

Por lo demás, los compañeros militantes de derechos humanos, del Movimiento Campesino, de Luz y Fuerza, Suoem, ATE, Judiciales y otros gremios, las Madres de Barrio Ituzaingó, las asambleas ambientalistas, RadioRevés y el Centro de los Estudiantes de la ECI y muchos otros actores sociales en conflicto pueden atestiguar que han tenido en el Cispren en general y en Prensared en particular una caja de resonancia para sus reivindicaciones y luchas.

Por otra parte, también es irrespetuosa para los compañeros que han luchado durante estas agotadoras paritarias la facilidad con que se esgrimen enunciados vacíos de contenido y rótulos peyorativos. No es “verborragia” estar imputado penalmente por cumplir con tu deber como dirigente. No es “retórica” la persecución constante que sufren Esteban Liendo y Walter Moyano, quienes hasta han sido víctimas de violencia física por parte de los patovicas de La Voz, ante la indiferencia de muchos que hoy pretenden dar clases de solidaridad gremial.

Otra frecuente crítica que me incumbe es decir que en la defensa de la libre expresión el Cispren se limita a emitir comunicados de solidaridad. Que les pregunten a Claudia Cepeda, Jano Ubierna, Lucas González Freytes, Pablo Duarte, Juan Stadelmann, Marisa Macagno y Juan Allende, entre tantos otros, si el Cispren sólo envía comunicados. (Los nombro por las dudas no los conozcan). Aun con limitaciones humanas e institucionales, el Cispren se empeña en defender a todos los trabajadores de prensa, sobre todo a los más vulnerables e incluso a los que ni siquiera están afiliados.

Que por razones obvias los medios hegemónicos invisibilicen nuestras acciones, no nos da motivo a suponer que aquello que no vemos no existe, como si fuéramos un niño en el estadio sensorio-motriz previo a adquirir conciencia de la “permanencia de las cosas” más allá de nuestro campo visual. No percibir que los seres, las cosas y las acciones pueden existir aunque uno no los vea, es un signo de inmadurez, incluso en política.

En muchos casos, el “algo más” que se reclama nos llevó a hacer todo lo que estuvo a nuestro alcance: como cuando Olga Riutort querelló a un periodista y tocamos los bombos prestados por compañeros de otros gremios toda la mañana bajo la ventana de la sala de audiencia, de la que un rato antes los secretarios General, de Obra Social y de Prensa fuimos no tan gentilmente invitados por Su Señoría a retirarnos; o cuando en otra audiencia similar le entregué en propia mano al ex funcionario delasotista Erman Olivero una revista Proyección cuyo título de portada era: “El delasotismo volvió a atacar a la prensa”; o las conferencias de prensa y radios abiertas, donde han estado presentes los compañeros agredidos, secretarios generales de otros gremios de prensa del país y un conjunto de representantes gremiales, de derechos humanos y académicos; o el delicado seguimiento y la denuncia del caso de Enrique Lacolla, arbitrariamente desafectado de La Voz del Interior en pleno conflicto del “campo”. Y no sólo hubo acciones de protesta y denuncia, sino también notas y pedidos de audiencias con las máximas autoridades provinciales, que dicho sea de paso jamás fueron concedidas. Del mismo modo en que fueron virtualmente ignoradas en la Legislatura provincial las iniciativas del Cispren para que se legislen los derechos relativos a la información consagrados en el artículo 51 de la Constitución de la Provincia de Córdoba.

Algunas de estas acciones sucedieron frente los propios ojos del afectado. No recordar lo que sucedió ante nuestra mirada no tiene demasiada explicación, al menos no desde Jean Piaget. Tal vez sí desde la lógica electoralista.

Por eso, como militante del Cispren y trabajador de prensa convencido a pesar de todo del sentido solidario de nuestra profesión, espero que en el futuro próximo sepamos valorar lo que tenemos, ser consecuentes con nuestra historia y construir desde la unidad y el compromiso, aún en el disenso. La forma en que nuestros enemigos avanzan y se alimentan de nuestras divisiones y contradicciones, convierte a la ingenuidad en un costo demasiado alto para pagar. En un momento en que resulta vital reinstalar mojones de resistencia gremial y de principios éticos y políticos para frenar el embate material y cultural del oligopolio informativo contra nuestros bolsillos y nuestras conciencias, reprochar el “principismo” de los que -aun con errores- están en esa pelea, es por lo menos temerario e injusto.

Creo interpretar en las palabras antiguas y recientes del ejemplar Pancho Colombo (ese sabio y pícaro druida de la aldea gala) que la unidad se construye con respeto, coherencia y sobre todo con solidaridad genuina. Ojalá podamos caminar juntos por ese rumbo.

Alexis Oliva

Secretario de Prensa del Cispren

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Intolerancia y macartismo


Como agrupación que milita en el Cispren, consideramos que ninguna campaña electoral, por más diferencias políticas que en ella existan, habilita a la descalificación personal y a la intolerancia ideológica.

En tal sentido, nos solidarizamos con el compañero Eduardo Ahamendaburu, reconocido trabajador de nuestro gremio y militante popular, quien fue agraviado por el apoderado de la lista opositora, Pedro Bernardini, en palabras francamente macartistas.

Reproducimos a continuación las cartas dirigidas por el compañero Ahamendaburu a ambas listas y al propio Bernardini, donde cita los términos de la descalificación y solicita sea evaluada por la próxima conducción en relación a los Estatutos Sociales de nuestra organización.

Córdoba, 12 de noviembre de 2008

AGRUPACIÓN MARIANO MORENO

A las
Lista Blanca Nº 1 “Unidad y Participación”
Lista Verde Nº 5 “Prensa Abierta”

Estimados compañeros:
En mi carácter de afiliado del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba, me dirijo a Uds. en vuestra condición de candidatos hacia las próximas elecciones del 20 de noviembre para la renovación de Comisión Directiva, a los efectos de solicitar formalmente, cualquiera sea el veredicto electoral, que la primera reunión de la Comisión Directiva Electa, sea incluido como punto para su tratamiento la inconducta gremial del afiliado Pedro A. Bernardini.
El causante de la presente, el sábado 8 del corriente, en la ciudad de Bell Ville, ante un grupo de compañeros, se refirió en términos peyorativos e injuriosos hacia mi persona (“agente rentado del Partido Comunista para operar en el movimiento sindical”). Aunque la simple cita alcanza, adjunto a la presente mi Carta Abierta dirigida a Pedro A. Bernardini, para mayor fundamentación.
Por lo expresado considero al causante incurso en las figuras establecidas en los Arts. 7º y 8º de los Estatutos Sociales del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba.
Debo aclarar, que la presente no sólo está motivada por la ofensa recibida, sino que apunta principalmente a salvaguardar la salud democrática de nuestra institución que ha sufrido en esta ocasión, en mi persona, un artero golpe macartista.
Sin otro particular, con la estima de siempre

Eduardo Ahamendaburu
DNI 11.385.411
Af. Nº 1476

Córdoba, 12 de noviembre de 2008

Carta Abierta al
Dr. Pedro A. Bernardini

Apelo a este recurso para dirigirme a vos, dado que sé que has vertido en forma pública el sábado 8 de este mes, en la ciudad de Bel Ville, opiniones sobre mi persona como “agente rentado del Partido Comunista para operar en el movimiento sindical”, para nada entendibles, ni justificables por el fragor de la contienda electoral.

Si bien las circunstancias de nuestras vidas y actividades nunca abonaron una amistad, sí entendí que nuestra relación estaba signada por el respeto y el afecto de compañeros. Hoy burlado en mi buena fe, veo con dolor la falsedad en tu sonrisa que creí fraterna y el apretón de manos que creí franco.

Pero la vida te sorprende con golpes arteros. Sobre todo me sorprende de vos, que permanentemente has hecho profesión de fe por el respeto de los valores democráticos y recurrís en esta ocasión a expresiones del mas rancio cuño macartista, emparentadas con ese mal recuerdo del discurso justificador del genocidio de la dictadura militar y los desvaríos de la extrema derecha argentina.

Tus poco felices referencias a mi persona suenan, entonces, en forma trasnochada e inquisitorial, propiciatorias de la caza de brujas, sólo entendibles en cabezas afiebradas. Cuidado Pedro! Estás cerca del discurso discriminador de minorías, xenófobo, racista, generador de los males y crueldades que todos padecemos.

No tengo porqué justificar mi trayectoria política, que por otra parte siempre ha sido pública. En el año 1990, renuncié a mi afiliación al Partido Comunista, a partir de una crítica a su praxis política, pero no fue para lanzarme a los brazos del enemigo de clase, ni de las patronales. Mi militancia en la Central de los Trabajadores Argentinos así lo atestigua. En cuanto a mi actividad laboral en el CISPREN, que sean los afiliados y los órganos de dirección de la entidad los que la juzguen.

La salud de nuestra democracia me impide quedar callado ante tu actitud. Se comienza delatando un comunista y se termina como Judas Iscariote entregando a Cristo por treinta denarios.

Eduardo Ahamendaburu
DNI 11.385.411
Af. Nº 1476

jueves, 6 de noviembre de 2008

La verdadera unidad

Una vez más, el conflicto de LV2 pone de manifiesto el verdadero contenido de palabras como solidaridad y compromiso.

Hace menos de 45 días, el compañero Gustabo Manzanelli, Cronista de LV2 y dirigente del Cispren, advertía en medio de la algarabía por la reincorporación de 21 compañeros: “Fue un triunfo de la solidaridad, porque más allá de las diferencias primó la unidad en la defensa de la fuente de trabajo. Pero es sólo una batalla y la lucha continúa, porque se trata de un grupo económico muy poderoso que sigue teniendo el mismo objetivo de reducir costos en perjuicio de los trabajadores, así que no tenemos que confiarnos ni bajar los brazos”.

La advertencia se cumplió. Noviembre encontró a los compañeros de LV2 otra vez en la calle y tomando la radio en reclamo por la reincorporación de 18 despedidos. Al igual que lo ocurrido hace 45 días, los trabajadores dieron muestras de verdadera unidad y solidaridad ante la adversidad.

En perspectiva, el conflicto de LV2 sacó a relucir lo que tantas veces se esgrime “de la boca para afuera” -al decir de algunos-, pero que contra viento y marea defendemos quienes militamos en nuestro gremio: los lazos de solidaridad.

En tiempos en los que prima el individualismo y el culto al YO parece estar por encima de todo, el doloroso conflicto en AM970 puso de manifiesto que la verdadera unidad se hace en la lucha codo a codo con los compañeros.

Esa la manera en que se conocen sus inquietudes, se escuchan críticas, reproches, sugerencias y disidencias. Porque en definitiva son los compañeros los que hacen del gremio un colectivo.

Esa es la verdadera unidad.

Pero como anunciaba Manzanelli hace 45 días, la lucha continúa. Y por más que la conciliación obligatoria sea un freno al avasallamiento del Grupo Vila-Manzano, no hay que perder de vista que el verdadero objetivo es que TODOS los compañeros sean reincorporados. En este aspecto, como colectivo de prensa y comunicación, nos cabe la responsabilidad de seguir con atención el desarrollo del conflicto en LV2 porque se trata de un ataque al trabajador sin ninguna distinción de ideologías.

Mantengámonos en alerta.

5 de noviembre de 2008.

AGRUPACIÓN
MARIANO MORENO